La selección cubana de béisbol volvió a sembrar la duda ante sus seguidores cuando el fantasma de la derrota se apoderó del equipo en el segundo juego amistoso contra Corea, allá en Seúl, donde se perdió 15 carreras apor 3, depués de haber ganado el primero 6 por 2, tope previo a la prueba de fuego en los Juegos Olímpicos de Bejing.
El picheo fue bateado con irreverencia, y para colmo, la ofensiva aunque no estuvo silenciada y produjo, no se ligo como para fabricar las carreras necesarias, situación que a pocos días del torneo en China puede ser una señal clara de inestabilidad en tan importantes departamento de juego.
Por otra parte, los tiempos han ido cambiando y atrás quedó la época donde nuestros equipos arrazaban en la arena internacional, pues hoy en día los restantes países han incrementado su nivel con la inclusión en las seleciones nacionales de sus principales figuras rentadas, lo que favorablemente ha propiciado equilibrio en la correlación de fuerzas, por el bien de este deporte y del espectáculo.
En este contexto, los cubanos seguimos manteniendo un buen conjunto y una altísima calidad, que a lo largo de la história ha permitido archivar un vasto botín de trofeos y medallas en eventos de primer nivel como ningún otro país, pero debemos ante todo, estár a tono con los tiempos sin apasionamientos ni chovinísmo, pues en la actualidad no paseamos los torneos como antaño, y ganamos,sí, es una gran verdad, pero también perdemos.
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